Que es unirse a Jesús

Unirte a Jesús es descubrir en primera medida que El siempre ha estado contigo, es permitirle que entre en tu vida y te impacte con su amor, es la respuesta que El necesita para que juntos empiecen un nuevo camino, donde descubres el valor de tu vida... Jesús solo espera que le abras la puerta... es tu decisión...

lunes, 22 de marzo de 2010

sábado, 20 de marzo de 2010

FRANCISCO PALAU

FRANCISCO PALU Y QUER, FUNDADOR DE LAS CARMELITAS MISIONERAS


19/03/2009
20 de Marzo: Aniversario de la muerte de Francisco Palau y Quer
1811-1872


Francisco Palau, vivió sus últimos días entregado por entero a la fundación de la familia del Carmelo Misionero, pero sin renunciar a otras actividades, como tampoco descuidó la vertiente contemplativa, ni siquiera en los meses de más trabajo apostólico. Siempre que podía se retiraba al Vedrá (Islote) o a su refugio preferido de Santa Cruz de Vallcarca. Eran reclamos permanente de sus ansias contemplativas. La asiduidad al retiro y la entrega a la dirección de sus hijos e hijas espirituales colmaron de serenidad e íntima satisfacción aquel corazón de herido por tantas persecuciones y sinsabores humanos. Caminos de fe que transitó Francisco Palau durante toda su vida, rutas misteriosas trazadas por la providencia para llegar al último suspiro como luchador infatigable. Suspiro definitivo tanto y más encendido eclesialmente que el de Teresa de Jesús:

"¡Cuán dulce, cuán agradable, cuán deleitable debe ser el reposo en los brazos de una Madre virgen y tan pura es la Iglesia Triunfante!".


CREDO ECLESIAL

¿Qué es lo que crees de mí y qué no crees?


1° Creo existes, y que tú eres el objeto único de amor designado por la ley de gracia amarás...» 2° Que tú eres Dios y los prójimos. 3° Que todos los prójimos, esto es, los predestinados a la gloria, forman un cuerpo moral perfecto bajo Cristo Dios-hombre su cabeza. 4° Que donde está Cristo está la Iglesia, y que no son cosas separadas sino individualmente, pero unidas moral y espiritualmente, formando una sola nación, un solo principado, un solo reino, una sola familia, un solo cuerpo unido entre sí con su cabeza con lazos más fuertes que los del cuerpo material, por ser Dios, El mismo el espíritu que hace en él lo que el alma en el individuo. 5° Que este cuerpo se llama Iglesia, formando una sola la que está en el cielo, en la tierra y en el purgatorio, por ser una sola su Cabeza y uno solo el Espíritu que la vivifica, que es Dios. 6° Que la Iglesia es una belleza inmensa, porque reúne en sí todas las perfecciones y atributos que forman la imagen del mismo Dios; y que por lo mismo, es el único objeto de amor que puede satisfacer todos los apetitos del corazón humano y la vista intelectual y material del hombre. 7° Que este cuerpo moral perfecto que eres tú, eres una realidad, una entidad distinta, con vida y movimiento propio; que tienes espíritu y vives, entiendes y amas, que hablas, oyes y ves. 8° Que siendo amada como objeto único digno de amor para el hombre y el ángel, puedes corresponder con amor amando a tus amantes. 9º Que en ti el amor es el Espíritu Santo, que, derramándose por todos los miembros de tu cuerpo, corresponde con amor al que ama. No tienes alma como nosotros, pero tienes espíritu y éste es el Espíritu Santo, persona tercera de la Trinidad que te da vida, movimiento, virtud, gracia y gloria; eres una inteligencia, y ésta está en tu cabeza que es Cristo, Hijo de Dios vivo, y hombre Hijo de María Virgen; y con el Hijo y el Espíritu Santo está el Padre, como principio de donde proceden los dos; en ti, contigo y por ti obra Dios Trino y Uno, y fuera de ti no hay salvación, vida ni felicidad, sino agitación y tormento eterno.
Esto es lo que yo creo de ti.

Vida de Santos


APARTES DEL POEMA DE EDITH STEIN PARA ORAR Y MEDITAR ANTE EL SANTÍSIMO SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA


Nos atrae con poder misterioso,
nos encierra en sí en el seno del Padre
y nos da el Espíritu Santo.
Este corazón palpita para nosotros en el pequeño tabernáculo donde permanece misteriosamente oculto en aquella silenciosa, blanca forma.

Este es, Señor, tu trono de Rey en la tierra,
que tú has erigido visiblemente para nosotros,
y te gusta ver acercarme a él.

Tú incas tu mirada llena de amor en la mía,
e inclinas tu oído a mis suaves palabras
y llenas el corazón con profunda paz.

Tu vienes a mí cada mañana como alimento,
tu carne y sangre son para mí bebida y comida
y se obra algo maravilloso.

Tu cuerpo cala misteriosamente en el mío,
y tu alma se une a la mía: Ya no soy yo lo que era antes.

Tú vienes y vas, pero permanece la semilla
que tú has sembrado para la gloria futura
escondida en el cuerpo de polvo.

Permanece un resplandor del cielo en el alma,
permanece una profunda luz en los ojos,
una suspensión en el tono de la voz.

Permanece el vínculo, que une corazón con corazón, la corriente de vida que brota del tuyo
y da vida a cada miembro.

domingo, 28 de febrero de 2010

El amor al extremo



LA EUCARISTÍA, Apartes de la reflexión de Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein)

“Y el Verbo se hizo carne. Esto se hizo realidad en el establo de Belén. Y se cumplió plenamente de otra forma: “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna”. El Salvador, que sabe muy bien que somos hombres y que permanecemos hombres, que cada día tenemos que luchar con debilidades humanas, viene en ayuda de nuestra humanidad de manera verdaderamente divina. Así como el cuerpo terrenal necesita del pan cotidiano, el cuerpo espiritual necesita de un sustento duradero. “Este es el pan vivo bajado del cielo”. Quien hace de Él su pan cotidiano deja que se haga realidad cotidiana en sí mismo el misterio de la Navidad, de la Encarnación del Verbo. Y ese es el camino seguro para alcanzar el ser uno con Dios y para crecer cada día con mayor fuerza y profundidad en el Cuerpo Místico de Cristo.”